Algunos diseños parecen haber estado aquí con nosotros desde siempre. Tan cotidianos son que realmente se olvida que se trata de una creación autónoma y se convierten en un anexo al producto que acompañan.
Si visitamos uno de los colmados tradicionales y compramos huevos artesanos no es infrecuente que nos los den desde una cesta cogiendo uno a uno y nos los pongan en una bolsita de plástico diciendo “cuidado con los huevos”. Caminamos como “sobre huevos hasta la casa” y al llegar… ¡siempre hay uno roto!
Para evitar esto en algunas de esas tiendas de coloniales nos cortan un trozo de una de esas grandes hueveras planas sin tapa y nos ponen nuestra media docena… es mejor pero no es óptimo. Lo seguro son esas hueveras con tapa tan frecuentes hoy. Este diseño tiene una característica singular, por el tacto podemos reconocer de qué se trata, pues el cartón rugoso que caracteriza a las hueveras es exclusivo de ellas. Podemos encontrarlas sin mirar, sólo palpando.
Antecedentes
En Estados Unidos se registraron antes del siglo XX casi medio millar de patentes de hueveras desechables, siendo las más frecuentes las grandes bandejas para varias docenas. No sería hasta principios del siglo XX que se creó el primer modelo de cartón, diseño de Morris Koppelman.
Diseñadores
Los diseños de firmas como Alessi o Bodum, buscan también la creación de un espectro contemporáneo. Entre las grandes creaciones de Alessi se encuentra la cafetera de Richar Sapper que no se enrosca si no que se pinza y es muy eficiente y usable por todos.
Actualidad
En nuestros días la actualización del diseño de hueveras se está haciendo en la línea de:
- Nuevas formas de sujeción.
- Envases con materiales reciclables.
- Empleo de espumas, porexpan, resinas para su manufactura que mantenga el tacto del cartón originario para continuar con la identidad táctil del objeto. Ese tacto y la seguridad del objeto son los valores añadidos de este objeto de diseño emocional.